sábado, 26 de enero de 2013

 

EL PODER DEL ESPÍRITU

      CURA NUESTRAS 

      ENFERMEDADES

Por El Rev: Ivan Cardona



El poder del espíritu cura nuestras enfermedades (Lc 4,14-22)
El espíritu santo prepara la redención de nuestro cuerpo. Cuerpo que ha sido creado por Dios, hecho y plasmado por sus propias manos, por tanto es templo del Espíritu Santo (1 Cor 3,16). Es a través del cuerpo como se manifiesta en El el Espíritu. El creyente esta llamado a dar gloria a Dios con su cuerpo y con su carne mortal (1Cor 6,20). La obra del Espíritu es, por tanto. la de santificar la carne, no solamente la de combatirla; de promoverla, no de neutralizarla. San Irineo ilustra la relación, entre el cuerpo y el Espíritu con la imagen del injerto; en la frágil carne ha sido injertado el Espíritu y gracias a este principio nuevo, ella misma podrá dar frutos eespirituales. El mal no consiste en vivir en la carne,si no vivir según la carne.

La frace del Veni creator "fortalece con tu eterno poder lo que esta enfermo en nuestro cuerpo" evoca lo que Jesús pronuncio: " El espíritu esta bien dispuesto , pero la carne es débil (Mt 26,41 ) , tanbien nos hace alucón al Espíritu que viene " en ayuda a nuestras flaquesas ( Rm 8,26) dos cosas pedimos al Espíritu para el cuerpo enfermo, la fuerza y la curación; ya que El no se limita a reforzar nuestra debilidad, a sanar nuestras heridas y subsanar los desgastes nuestro organismo, hace mas lo libera de su propia precariedad, y prepara su plena y definitiva redención. Se abre ante nosotros un amplio horizonte, la relación entre el Espíritu Santo y las curaciones, las cuales realizadas por Jesús nos demuestran que tanbien el cuerpo es capaz de recibir la acción del Espíritu de Dios . Jesús cura no para demostrar algo, si no por que ha venido a "salvar lo que estaba perdido" (Lc19,10  ). Junto con el anuncio del Evangelio, la curación de los enfermos ocupa un puesto el los discurzoz misioneros " Los envió a predicar el reino de Dios y a curar a los enfermos" ( LC 9,2) .

A Jesús se le veía como " un medico hecho de carne y espíritu" ( San Ignacio de Antioquia). De el salia una fuerza que los curaba a todos (Lc 6,19) . El propio evangelista explica que no se trata de un fluido magnético, de una corriente hipnótica, de una fuerza de sugestión, tampoco de una genérica fuerza espiritual, si no de la fuerza del Espíritu, que había venido sobre El en el bautismo.

¿De que nos cura el Espíritu Santo? No nos interesa solo conocer la historia si no obtener la curación, para recibirla tenemos que enumerar algunas dolencias del cuerpo:

- En las que no tenemos culpa encontramos limitaciones fisicas, congénitas , o adquiridas, taras hereditarias   
  traumas de los primeros años de nuestra vida.
- En las que en parte tenemos culpa: dependencias como el alcohol drogas desordenes alimenticios, abusos 
  en el campo de la sexualidad.
-Enfermedades que radican en el inconsciente y en la memoria: miedo a la muerte, complejos, agresibidad,
   inseguridad,falta de aseptacion de uno mismo o de los demás, depresión, desaliento , tristeza crónica,
    rencores recentimientos viserales.

El mayor peligro es el apego a nuestra enfermedad, encontrar en ella un refugio y por ello la pregunta de  Jesús al paralitico ¿Quieres curarte? (Jn 5,6) . Ahora bien el Espíritu Santo nos cura cuando nos asercamos con fe a los sacramentos. ya que en ellos se nos concede en la fe, volver a tomar la orla en el manto de Jesús para quedar curados (Mt 9,21  ). Del cuerpo eucarístico de Cristo sigue saliendo esa fuerza que nos cura a todos. La palabra de Dios es un poderoso instrumento de curación, ni hierba ni emplasto los curo, si no tu palabra la que todo lo sana ( Sab 16,12 )

¿ Y el que no se cura? La sana dotrina de la iglesia afirma que el poder de Espíritu Santo se manifiesta no solo eliminando el mal, curando, si no tanbien dando la capacidad y en ocasiones incluso la alegría, de llevar con Cristo nuestra dolencia, contemplando así a favor del cuerpo de Cristo que es la iglesia, lo que aun falta al total de las tribulaciones cristianas ( Col 1,24 ).
Además, lo mas importante en el espíritu del evangelio no es pensar en nuestras enfermedades, si no en las de nuestro prójimo. Los santos aguantaban estar mal ellos, pero que no estuvieran mal otros a su alrededor.
Eran reacios en orar por su propia curación, mientras eran muy atrevidos cuando se trataba de la sanacion de los demás.

Dios tiene un propósito con cada persona y ni la enfermedad, podrá separarnos de su amor, por que siempre triunfa el amor de Dios en nuestras vidas, que restaura, sana y libera, nuestra débil condición para hacernos nuevas criaturas que viven en el Espíritu, para ser testigos de un nuevo despertar de la fe.