martes, 11 de febrero de 2014

JESÚS, EL CENTRO DE TU FAMILIA

POR: PADRE MARTIN AVALOS

Voy a comenzar la enseñanza diciendo que nacer en el seno de una familia cristiana es una bendición. Aquellos que venimos de una familia cristiana, allá donde se nos enseñó el amor a Dios y el cumplimiento de los mandamientos, nos sentimos de verdad dichosos, nos sentimos honrados, por lo tanto es una bendición haber nacido así.
Analizar esto es importante, no solamente por el bien de los esposos, si no también para el bien de toda la familia. Lamentablemente, nos encontramos con muchos hogares que solo son un hotel, un restaurante, una gasolinera para llenar el tanque y seguir el camino. Lamentablemente esa es la realidad. Muchos viven en una casa, no en un hogar, porque ahí no hay calor, no hay luz, no hay hoguera. Cuántos padres no ven siquiera a sus hijos, cuántos conyuges no tienen momentos ni para platicar; por tanto trabajo, estudio, diversión, reuniones, etc.
Pero ese no es el proyecto de Dios. Una familia que vive en esas circunstancias no está haciendo la voluntad de Él. Ahora bien, refirámonos al Salmo 128 que habla de un anuncio de bendición y prosperidad para la familia. Felices los que temen al Señor y siguen sus caminos. Me detengo en una parte. Temer no es como nosotros lo entendemos en el sentido de miedo, el temor a Dios no es el miedo del Dios que castiga. Se refiere a tratar de no ofenderlo. Aquí en este contexto lo entendemos como el cumplimiento de sus mandamientos. El que teme es aquel que cumple su voluntad, aquel que lo ha convertido en el Señor de su vida, de su matrimonio y de su familia.
Para aquellos que tienen a Jesucristo como el centro de sus vidas, hay una promesa: Comerás del trabajo de tus manos. Es decir habrá una bendición, sin cumplimos la voluntad de Él, si lo hacemos nuestro Señor, es decir el que manda en nuestra familia. Hay promesas de bendición. Pero, ¿cómo hacer que Jesús sea ese centro? Lo que debes hacer querido padre de familia es:
La oración en familia, estudio y lectura de la Palabra de Dios, primero el reino de Dios ante todas las cosas y asistir a la vida de los sacramentos.
Se lee fácil pero en realidad ponerlo práctica es muy difícil y no se alcanza de la noche a la mañana. Si quieres convertir a Jesús en el centro de tu familia debes comenzar poco a poco.
Ánimo que Dios bendecirá tu esfuerzo.
Atentamente.